martes, 17 de mayo de 2011

Kobido: masaje facial japonés

El masaje facial japonés, llamado Kobido es el medio para combatir sin cirugía el envejecimiento facial.
Según la tradición japonesa, la belleza es el reflejo del equilibrio entre lo físico, lo psicológico y lo espiritual y llega una vez que se consigue la armonía entre estos tres elementos. Este masaje es para mantener la piel relajada, tersa, nutrida y sin manchas.
Este tratamiento es ancestral y se realiza trabajando las partes internas para poder relajar los músculos faciales y restaurar los tejido finos.

Este masaje empieza por la nuca mejorando, así, la circulación de la sangre esencial para transportar a los tejidos faciales sustancias como el oxígeno y otros nutrientes, reparando los tejidos dañados de la cara y favoreciendo la eliminación de toxinas.

Se realiza en tres etapas: limpieza, hidratación y estimulación. Se utilizan aceites vegetales y aceites esenciales puros para la manipulación del rostro y es, en la fase de estimulación, donde empieza toda una serie de movimientos cuyo, único, fin es relajar los músculos contraídos favoreciendo, así, la eliminación de arrugas y la recuperación del aspecto de la piel; cuando los músculos están relajados la sangre circula libremente por ellos recibiendo, de esta manera, todos sus beneficios, por lo que permite que las células de la piel puedan repararse.

El masaje facial japonés es, también, de gran utilidad para las manchas de la edad, para la piel grasa o seca, el acné, las migrañas o el dolor en la articulación de la mandíbula.
Esta técnica requiere de una gran destreza manual y el tratamiento de realiza para eliminar las toxinas del rostro, relajar la musculatura, ayuda al mejoramiento de la piel y aumenta el equilibrio de energía, mejorando y repercutiendo en la salud general.
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