Historia del Bótox
Hace más de 30 años el botox ya se utilizaba como tratamiento para corregir problemas oculares como el estrabismo y fue en una de estas consultas, donde se observó la peculiaridad de la toxina botulínica en la eliminación de arrugas y líneas de expresión.
En 1987, una oftalmóloga canadiense, Jean Carruther, aplicó botox a uno de sus pacientes para solucionarle una contracción en un párpado y el resultado fue impresionante, pues además de acabar con el problema, le desaparecieron las arrugas que se forman en el entrecejo y las patas de gallo. Carruther tardó poco en contarle lo sucedido a su marido (cirujano estético) y tres años después hicieron público el hallazgo.
Actualmente, el botox tiene gran éxito y se ha convertido en una de los tratamientos cosméticos más demandados. Concretamente en EEUU es el preferido, por delante de otros procedimientos como los rellenos, lifting o láser.
Sus Aplicaciones
El botox es un tratamiento médico sencillo e indoloro que consiste en la aplicación de microinyecciones de toxina botulínica en ciertos músculos con el fin de relajarlos y conseguir que la contracción disminuya y que las arrugas y línea de expresión desaparezcan.
En menos de 30 minutos, un dermatólogo o cirujano clínico especializado en esta técnica, realiza el botox de manera segura y con buenos resultados. El efecto clínico comienza a observarse alrededor del cuarto días y es completo en torno a la semana.
Su duración suele ser de entre 4-6 meses aproximadamente, dependiendo de la zona y de la persona. Luego la toxina botulínica irá perdiendo su actividad hasta desaparecer.
Los primeros usos del botox se centran en los dos tercios superiores de la cara: frente, región glabelar (entrecejo), finas arrugas perioculares (patas de gallo) y arrugas de la frente. En todos estos casos, el objetivo es eliminar las arrugas y líneas de expresión y los resultados son satisfactorios.
También el botox está indicado para el cuello. A partir de los 35 años pueden comenzar a aparecer arrugas en la parte superior del cuello que van haciéndose cada vez más notables con el paso del tiempo. Se trata de bandas laterales en forma de V y arrugas horizontales propias del envejecimiento de la piel.
Novedades
La nariz y la zona de la mandíbula son las nuevas áreas de aplicación del botox. Con estos tratamientos mejoran los rasgos del envejecimiento, propios del paso del tiempo y se potencia una sonrisa sensual.
Aplicación Nasal
En la nariz, se utiliza en las líneas horizontales en la parte superior y caras laterales de la nariz, que pueden desaparecer inyectando la toxina .
Corrección de la punta nasal. A algunas personas, al sonreír la punta de la nariz tiende a descender y a acortarse el labio superior por la acción del músculo depresor del tabique nasal. La solución está en inyectar botox en la punta, pero también puede obtenerse mejor resultado si se combina con material de relleno en la punta o en el dorso.
Corrección de sonrisas gingival. Se supone que la sonrisa más estética es aquella que muestra únicamente los dientes pero hay personas que al sonreír el labio superior asciende demasiado y esto puede solucionarse inyectando pequeñas cantidades de botox en el músculo elevador del labio superior.
Corregir el aleteo nasal exagerado al sonreír, mediante inyección de botox en el ala nasa.
Aplicación Mandibular
Uno de los primeros signos de envejecimiento que se detectan en el rostro es la pérdida de definición del ángulo mandibular por culpa de la diferente evolución de la piel y el músculo local.
La piel se vuelve flácida por el adelgazamiento de la epidermis y la alteración de las fibras de colágeno y elastina que la sostiene y los músculos pierden tonicidad. Con la inyección de pequeñas dosis de toxina botulínica en puntos estratégicamente seleccionados se consigue redefinir el ángulo de la mandíbula.
En Hiperdrosis
En este ámbito, el producto ha supuesto una verdadera revolución en el tratamiento de la hiperhidrosis (sudoración excesiva).
Mediante la administración intradérmica profunda en la zona afectada ya sea axilas, plantas de pies y palmas de las manos, se logra una disminución importante de la cantidad de sudor, aproximadamente de un 70% en axilas y un 40% en palmas y plantas. Su éxito se debe a que la toxina botulínica bloquea también las fibras parasimpáticas de las glándulas sudoríparas.
Resultados
El resultado depende de la técnica, y ésta se basa en el perfecto conocimiento de la anatomía, por eso, es imprescindible que sea llevada a cabo por un experto en la materia. Los interesados deben asegurarse de que están en buenas manos antes de exponerse a este tratamiento.
Si no se realiza correctamente puede paralizar el músculo con la consecuente pérdida de expresividad en el paciente. Es necesario que el profesional conozca bien la anatomía y sepa como funciona para evitar problemas de asimetrías (una ceja más levantada que otra, arruga muy pronunciada en la nariz) o irregularidad en la cara.
Durante las cuatro horas posteriores a la aplicación, el paciente no debe tocarse la zona tratada para evitar que el medicamento inyectado se difunda hacia zonas no deseadas.
El efecto comienza a observarse alrededor de dos días y es completo en torno a los 5 días , por tanto, aquellas personas que tengan que asistir a un evento social, deberá tener en cuenta esta indicación, y por sobre todas las cosas que el especialista sea experimentado y las clínicas apropiadas y auditadas por sanidad, con todos los registros y permisos exigidos.
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